¿A quién beneficia el Black Friday?
Mucho hemos escuchado esta semana sobre el Black Friday o Viernes Negro, y mucho más vamos a escuchar esta que viene. En ocasiones, en forma de anécdota o comentario positivo respecto a esta acción comercial. Pero nada más lejos de la realidad.
Por un lado, los medios de comunicación anuncian una ola de contrataciones para el Viernes Negro. Tendríamos que recordar que serán contratos para un sólo día, o unos pocos días, en la mayoría de las ocasiones mal remunerados y sin formación en el sector ni quizás, otros ámbitos que obliga la ley, como la prevención de riesgos laborales.
Por otro lado, está el consumidor, que en muchos casos no realiza una compra con la que quede satisfecho, puesto que la ejecuta deprisa y corriendo, sin poder ser atendido ni asesorado en condiciones normales, y convirtiéndose su ocio en una especie de tortura en la que en ningún caso quedará satisfecho con el vendedor elegido.
Y por último el comercio, la tienda de tu pueblo o ciudad. La semana pasada se publicó un estudio que indicaba que el Viernes Negro superaba el 300 % en el aumento de ventas. Quizá a este estudio se le olvidaba mencionar que, durante los 15 días anteriores, los comerciantes tienen la caja vacía por la retracción de las ventas. El comerciante, obligado por las circunstancias, participa en estas acciones para intentar cubrir las pérdidas de las dos semanas anteriores y quedarse en paz con su Excel de contabilidad.
Entonces… ¿A quién beneficia el Viernes Negro si no lo hace ni a trabajadores, ni a consumidores, ni a comerciantes? Nosotros lo tenemos claro. A las plataformas y grandes operadores que apuestan por modificar los hábitos de consumo y hacerlos más irracionales, más impulsivos y por tanto menos sostenibles. Estas plataformas quieren que compremos cosas que luego no nos sirvan, comprar objetos que no los necesitamos y lo hagamos solamente porque están de oferta; además si lo hacemos desde el móvil en el sofá mejor, “nos evitaremos aglomeraciones”, apostillan.
Si sumamos el día de la soltería, el Viernes Negro, y el Cybermonday nos encontramos un mes de noviembre que, a los comerciantes, nos da pena, pues tratamos que cada cliente se lleve lo que necesita, y que se vaya contento, para volverlo a ver en nuestra casa cuando lo necesite. ¡A comprar!
Mikel Cabestrero Etxeberria
Técnico de Comercio de Asociaciones de Comerciantes